Fue, sin dudas, quien llevó a Daniel Passarella a la presidencia de River. Amigo personal del kaiser, hombre de su confianza y máximo responsable de una agencia de publicidad y marketing, Oscar Vazquez fue quién (cuando Passarella era DT de River y él coordinador de prensa), convenció a Daniel para que se "tire" a Presidente.
Durante la campaña puso su agencia y sus "hombres" a disposición de Passarella, y con un presupuesto publicitario inferior al de D´Onofrio y Caselli, logró que su amigo llegue a vencer a sus más inmediatos competidores. Toda una hazaña.
Hoy, a más de 1 año de aquella epopeya, Oscar Vazquez se ha ganado su lugar dentro de River (no es dirigente ya que no le dieron los años de socios para integrar la lista FRENTE LIDERAZGO RIVERPLATENSE que venciera en los últimos comicios), pero toma decisiones sin consultar al presidente y consiguió que su hijo Máximo, sea el Gerente de Marketing del club de Nuñez.
Su poder en la interna política de River crece día a día. Ya habría echado a Ricardo Dasso (Coordinador de Prensa del Plantel) y hasta habría decidido reemplazarlo por Ezequiel Fretes (periodista ex TyC Sports, hoy columnista de deportes en CN23 e íntimo amigo suyo), pero éste no acepto.
Al rechazar Fretes su ofrecimiento, no dudó en consultarle a otro de sus amigos: Alejandro Patané (quien para tomar el cargo debería desistir de continuar con la causa judicial iniciada al relator Atilio Costa Febre, otro amigo de Oscar Vazquez).
Oscar Vazquez se ha convertido en un aliado incondicional del Presidente de River Plate, tal es así, que toma decisiones sin consultarles siquiera a los dos vicepresidentes del club (Diego Turnes y Omar Solassi), como ocurrió en estos últimos días cuando decidió despidir a Eduardo Lopez Segura (Gerente de Estadio, quien había sido designado por Daniel Passarella hace tan sólo 6 meses).
Indudablemente, Oscar Vazquez "pisa fuerte" dentro del club y a pesar de ser simplemente un "asesor presidencial", con su profesionalismo y experiencia en marketing, ha logrado conseguir lo que ningún dirigente ha podido: LA CONFIANZA DE PASSARELLA.
